La primera actuación se efectuó durante una inspección realizada
en un establecimiento de restauración de la capital almeriense,
detectándose 39 pulpos con talla inferior a lo establecido.
La segunda se desarrolló en una embarcación en el puerto de
Roquetas de Mar (Almería) al intevenir tres arcones con
capacidad de 100 litros cada uno, repletos de diferentes especies
de peces.
La Guardia Civil de Almería ha realizado dos
importantes actuaciones en materia de sanidad y en el ámbito de la seguridad
alimentaria para verificar lo establecido en la legislación vigente sobre pesca,
tenencia, consignación, transporte, tránsito, almacenamiento, transformación,
exposición y venta en cualquiera de las formas previstas legalmente, de
productos pesqueros prohibidos o de talla o peso inferior a la reglamentaria
Estas actuaciones se han desarrollado en el marco del Programa Anual de
Control Integral de las actividades pesqueras (PACIAP 2021), en la que los
agentes han formulado las correspondientes denuncias por diversas
infracciones a la Normativa vigente sobre pesca.
Primera Actuación:
La primera actuación se desarrolló la pasada semana, gracias a la
colaboración ciudadana, cuando los agentes recibieron mediante el canal
propio y anónimo del que dispone la Guardia Civil, información sobre algunas
irregularidades en materia del control de alimentos que se estaba poduciendo
en un establecimiento de restauración de la capital almeriense.
Los agentes de la Guardia Civil junto con los inspectores de la Delegación
Provincial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía
en Almería, procedieron a la inspección del establecimiento y localizaron en
un almacén interior, dos arcones congeladores que contenían todo tipo de
alimentos.
Entre los alimentos almacenados se localizaron cinco bolsas de plástico que
contenían una cantidad indeterminada de pulpo común (Octopus vulgaris)
que, en apariencia, no alcanzaba la talla reglamentaria.
Tras finalizar la inspección se intervino 28,68 kilogramos de pulpo común y se
contabilizaron 39 ejemplares con un peso inferior a 1kg (pulpo inmaduro), que
carecían de documentación que acreditara la trazabilidad y seguridad
alimentaria.
Como resultado de esta actuación, los agentes formulan las propuestas de
sanción a las Autoridades competentes por las infracciones detectadas
durante la inspección. Los pulpos intervenidos, tras pasar el control
veterinario y declararse aptos para el consumo, han sido entregados a una
Institución benéfica de la capital almeriense.
Segunda Actuación:
La segunda actuación se inicia el pasado día 16 durante una inspección
realizada por agentes de la Guardia Civil al avistar una embarcación de
recreo con rumbo al Puerto de Aguadulce (Almería).
Durante la inspección de la embarcación e identificación de los cuatro
tripulantes, los agentes localizaron tres arcones, con capacidad de más de
100 litros, repletos de diferentes especies de peces, en gran mayoría meros y
pargos, de distinto calibre y peso.
Ademas, los agentes hallaron a bordo artes de pesca prohibidas para el uso
en las embarcaciones de recreo. Este tipo de aparejo utilizado en la pesca
artesanal, estaba compuesto por dos palangres con un total de 140 anzuelos.
Finalmente los agentes de la Guardia Civil formularon actas de denuncia
dando cuenta a la Autoridad competente por el uso y tenencia a bordo de artes, aparejos, instrumentos de pesca distintos a los que corresponden a la
modalidad autorizada.
INFRACCIONES:
La tenencia en el interior de un establecimiento público de pulpo común u otra
especie, con destino al consumidor final, sin acreditar documentación de su
trazabilidad que justifique las diferentes etapas de producción,
transformación, carecer de cuaquier etiquetado y no disponer de un sistema
de gestion documental que permita identificar y realizar el seguimiento a los
productos adquiridos ni de un sistema de Análisis de Peligros y Puntos de
Control Crítico (APPCC)
La Guardia Civil recuerda que la tenencia de cualquier cantidad de especies,
que no se ajusten a la talla y peso mínimos establecidos, es una infracción a
la normativa aludida. Infracción que también cometen los consumidores al
tiempo que, con la demanda de esta clase productos, incitan a pescadores y
vendedores a la captura y distribución de pescado inmaduro, generando, con
esta actividad insostenible, un grave daño ecológico que pone en peligro los
recursos pesqueros y causa grave perjuicio a las generaciones venideras.