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El alcalde destaca “la fortaleza y el espíritu de superación” de Francis que, a pesar de perder los dedos de la mano en un accidente, acaba de inaugurar una barbería en Balerma donde continúa ejerciendo su profesión

Francis estuvo varios meses ingresado en el hospital tras sufrir graves lesiones con un petardo que le explotó en su mano izquierda, su mano dominante


El alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, ha querido conocer hoy, en primera persona y de boca de su protagonista, la historia de superación del joven balermero, Francis, un barbero de 20 años que hace unos meses sufrió un terrible accidente con un petardo que le provocó la pérdida de todos los dedos de su mano izquierda, siendo zurdo. 

El regidor ha visitado el negocio del joven que, lejos de venirse abajo ante la adversidad, dos meses y medio después del fatídico incidente, ya era capaz de dominar la técnica del corte a la perfección con su otra mano.

Es por ello, que Góngora haya ensalzado “su tremenda fuerza de voluntad que junto al duro trabajo le han permitido no renunciar a su vocación. Francis ha demostrado una gran capacidad de adaptación, convirtiéndose en todo un ejemplo para la sociedad actual”.

Tal y como ha dicho, “casos como el de Francis dan buena cuenta de que aquello que, a priori, puede suponer una limitación física no es más que el estímulo para el desarrollo de otras muchas capacidades. Sólo se puede algo cuando realmente se desea con todas nuestras fuerzas”.

Todo ocurrió en julio de 2020, cuando Francis sufrió un grave incidente con un petardo que explotó en su mano izquierda. Ello le llevó a estar dos meses y medio hospitalizado por la gravedad de las heridas. A pesar de que, tal y como cuenta el protagonista al regidor, hubo momentos en los que la luz parecía apagarse, sacó fuerzas desde la habitación del hotel para comenzar a practicar caligrafía con su mano derecha, para él su mano zurda. 

Poco tiempo después, y tras dominar la escritura, cambió el lápiz por las tijeras. Ayudado por un guante especial adaptado y diseñado para sujetar el peine, Francis ha cumplido su sueño: abrir su negocio y desempeñar la profesión que tanto le hace feliz, la de barbero.