El conjunto almeriense mantiene la cabeza de la tabla entre una gran emoción por la memoria de los que no están
El
cambio de Lucas Melián en el minuto 67, ovación sonora de los pocos presentes
al ‘8’ de la sonrisa eterna, así como de los que no estaban en el Juan Rojas,
pero llevan al argentino en el corazón, supuso el mejor cierre posible a la
‘semana negra’ del club. Mucho antes, el minuto de silencio ‘resonó’ en el alma
rugbier a través del eterno grito de ‘¡vamos, Almería, vamos, URA!’ con el que
animó Cristóbal Cebrián desde el cielo, una vez más.
Como no, no faltó la
hermandad en la pena de Gustavo Caturano, un ser de bondad pura en el trance de
haber perdido a su padre. Había que rendir el mejor de los tributos a los tres
fallecidos de los días pasados, y Unión Rugby Almería Playcar lo consiguió
logrando su mejor marcador histórico en la categoría, firmando 12 ensayos y
recibiendo solo uno. Eso sí, cabe la gratitud infinita a un adversario que hizo
grande el rugby, dándolo todo y no bajando jamás los brazos pese a lo abultado
del marcador, lo que a su vez fue el mejor complemento posible al homenaje a la
gente del rugby.
Rotaciones
de jugadores en el equipo titular, después todos los cambios ejecutados y, en
medio, seriedad y concentración, el más valioso de los tesoros, por lo que
supone de respeto, para el rival. El CD Rugby Mairena es un buen equipo, muy
buen placador y de ideas claras, al que mientras le duró la ‘gasolina’ plantó
cara y, si bien no discutió la victoria, sí que hizo trabajar a un URA Playcar
que, en todo caso, cuajó un enorme partido y no bajó su ritmo.
En ese sentido,
se lució Hernán Quirelli, cambio de sistema y otra propuesta diferente a la
habitual, ampliando el abanico de opciones con las que los cruzados pueden
afrontar el juego. Menos fases de delantera, más apertura y más velocidad, sus
hombres ejecutaron lo que su técnico les había propuesto y lo sufrió un
conjunto sevillano que pecó de inexperiencia y que fue noble en el desarrollo,
fiel a su apuesta, que le dio para hacer un gran ensayo cuando había encajado
tres.
La
segunda parte fue netamente almeriense, sin pisar 22 contraria un Mairena ya
casi agotado y que recibió mucho castigo de las individualidades cruzadas y del
alto ritmo a cargo de los cambios desde el descanso, paulatinos. Ensayó con
facilidad un rotundo Unión Rugby Almería Playcar en los sendos minutos 3 de
cada parte, lo que influyó de un modo notorio en el aspecto psicológico. No
servía hacer ‘largo’ el partido al cuadro hispalense, sino que desde muy pronto
se veía por detrás en al marcador.
En la mitad primera del encuentro resistió y
se encaró, proponiendo un rugby valiente en el que los de Quirelli encontraron
los agujeros para depositar tres veces. Así, los locales hicieron una presión efectiva
muy arriba, lo que valió para robar y, desde melé, pero no por una superioridad
en el empuje, sino en la imaginación de la búsqueda de los espacios, irse a la
zona débil y encontrar por primera vez a un José Méndez letal, pasando de
centro a ala por la derecha para dejar su firma en el primero de cinco ensayos
pletóricos, con un poderío físico descomunal.
De ese
referido minuto 3 se pasó al minuto 10 con el tantas veces ‘compañero’ por el
centro, Gonzalo Pérez, haciendo su primer try a partir de una touche para
malograr el intento de posesión sin recompensa de Mairena. El 14-0 del minuto
10 no hundió a los visitantes, que confiaron en su filosofía y comenzaron a
placar mejor, marca de la casa en tierras de Sevilla. Sin embargo, y una vez
más a raíz de una touche, bravísimo por el trabajo de Hernán Quirelli, no se
fue a maul, sino a juego a mano rápido, para Jose Méndez, que bajo palos subió
el 21-0.
La merecida recompensa para los visitantes se produjo a raíz de otra
estática, firme en las propias, una touche en cinco metros, maul en la acción
consiguiente y ensayo por delantera de gran mérito para recortar y animar a los
jugadores en su trabajo intachable sobre el terreno de juego. En todo caso, y
tras vaciarse en defensa, una ve más el juego a mano, de costa a costa, sin
percusión de la delantera, abrió la retaguardia sevillana y Méndez hizo su
tercer ensayo.
Tras el
descanso, al que se llegó con 26-5, Hernán Quirelli ‘Falu’ reordenó a los suyos
y buscó asegurar los cinco puntos para la clasificación, lo que iba a suponer
sostener el liderato, y así lo logro con un ensayo ‘tranquilizador’ que se
consiguió otra vez en el minuto 3. Desde el saque inicial de Mairena, presión y
try de Gonzalo Pérez, al que le pareció el momento de sacar su calidad individual
para eludir todo intento de placaje y depositar el oval para, aunque quedaba
todo un mundo por delante, sentenciar la que iba a ser quinta victoria de cinco
de los unionistas.
El 33-5 se vio seguido de secuencia similar al inicio del
choque, con un tímido intento visitante frente a una superioridad de los
locales, física también, cada vez más patente. En el haber de Unión Rugby
Almería Playcar está el gran trabajo de equipo, una vez más el balón pasando
por cantidad de manos extraordinaria, para que Nemo hiciera el primer try de
delantera (40-5 en solo el minuto 46). Choque sentenciado y acariciando los
cinco puntos, llegaron cambios.
Muy de
seguido, Lucas Melián, que había mostrado sus ganas de anotar, pero que a pesar
de no lograrlo cuajó un extraordinario partido, asistió a Nemo para dejarle un
segundo ensayo consecutivo. Pudo forzar el ‘8’ la jugada, pero aplicó una enseñanza
de su madre, la de la generosidad en la vida, y sumo una gran acción para el
equipo, no para el lucimiento personal, como cierre a su participación en el
choque. Antes, en San Pablo, ante el otro equipo sevillano, el CAR Coanda,
igualmente no anotó, pero sí fue de los más destacados. Se fue al banquillo
entre el cariño de todos y dejando a los suyos 54-5, esa vez transformando Dani
Pizarro, pateador en el campo tras el cambio de Nacho de Luque.
El partido
siguió con una dinámica de progresivo agotamiento en lo físico y lo anímico de
Mariena, con menos poder en los cambios que URA Playcar, y eso derivó en tres
ensayos más. Dos de ellos fueron de Sebas ‘Hacha’ Urgu, suplente en esta
ocasión para recuperar, pero que aprovechó muy bien su tiempo encima del verde
del Juan Rojas.
Desde
touche a maul, pero cambio de planes, mucho trabajo en esa jugada, para abrir al
ala y que el uruguayo firmara el primero de sus dos ensayos, imparable, veloz y
en la misma esquina. Además, otra vez el rápido jugador unionista fue artífice
el culminar el juego a mano del equipo, asistido por un Jose Méndez al que le
quedaba todavía la energía necesaria para hacer demostración de fortaleza
física y cualidades técnicas a la hora del cierre, sobre el tiempo
reglamentario, agarrando el oval en campo propio, a todo trapo hacia la línea
de marca, cambio de dirección, seguido de varios más, y por fin una anotación
estratosférica.
Antes, Emilio Arias, uno de los hombres clave de esta buena
marcha, salido desde el banquillo como uno de los reservados, hizo una carrera
magnífica para, sin que nadie lo cazase, lanzarse en plancha bajo palos.
Líderes, más líderes, el mejor coeficiente de tantos y una marcha impoluta
camino de Málaga.