Así lo ha confirmado la Directiva al propio Alcalde Manuel Cortés y también al Concejal de Deportes, Pedro Peña, una vez inscrito el club tanto en la Federación Andaluza de Fútbol como en la distinguida Federación Almeriense
Nunca hasta hoy se dio en pretemporada en Adra
tanta alegría y aplausos por parte de la afición futbolística de la Ciudad. No
es para menos.
El club abderitano pasará a denominarse como antaño
y temblaran con más fuerzas las palabras Club y Fútbol. Amén, de su hermoso
nombre, Adra.
Es un homenaje a aquellas directivas, futbolistas y
entrenadores que nos dejaron una herencia durante doce temporadas en categoría
nacional. El
escudo, la camiseta, la imagen, la dignidad, el orgullo, la honradez, el amor
propio, el carácter, la afición, la historia.
Se cumple así unas de las primeras reivindicaciones
que los buenos aficionados reclamaron a la actual directiva que preside
Francisco Montes Ojeda. De hecho, el año pasado se cumplieron 60 años de aquel
título liguero del Adra en tercera división en su grupo XI.
Por lo tanto, no se recupera solo nombre y
apellidos, también lo hace el escudo desde su más absoluto lema de identidad
desde siempre con la Ciudad y Afición.
El
equipo abderitano arrancará la temporada en Primera División Andaluza Grupo de
Almería.
Aquella
efeméride deportiva ocurrió el 12 de abril de 1959 en campo del Mirador
de Algeciras. El equipo que magistralmente entrenaba Antonio Carmona, todavía
no había celebrado su primer aniversario tras el cambio de denominación. Y es
que el ADRA era el heredero legítimo del histórico Trafalgar, que durante
muchas temporadas lució orgulloso su nombre por los campos de toda Andalucía.
El
equipo abderitano, tras cuajar una temporada magnífica sobre la dura tierra del
viejo Miramar, que todos los fines de semana era jaleado por más de
cinco mil almas desde las gradas, se aseguró el campeonato bien lejos de Adra.
Concretamente, en Algeciras se cantó el alirón. Quizás fue la derrota más dulce
que en su historia ha encajado el equipo abderitano. El marcador del vetusto El
Mirador reflejaba un 1-0 que nada importó a los de Antonio Carmona. Y es
que el empate en su campo del Linares, su más inmediato perseguidor en la
tabla, con Recreativo de Granada le daba matemáticamente el título a los
almerienses.
Fue
un Adra campeón, respetado en el concierto futbolístico provincial, autonómico
e, incluso, valorado en el panorama nacional por encima de su entorno. Un líder
solvente, a cuyo paso el resto de rivales giraba el cuello con admiración y en
el que nadie les regaló nada, se lo ganó a pulso desde el primer partido de
liga. Eran agrandadas tardes de veloces aventuras por la banda, con el ala
mortal formada por Antón y Lopera; con el mejor volante de la categoría,
Quesada; Joaquín dejaba su sello con goles antológicos; Bermúdez, bajo los
palos, sacaba de quicio a los delanteros rivales; Ortiz; Zuázua; Jorge;
Barranco; Paquito; Valiente; García Vida; Martín... y un largo y recordado
etcétera.
No
había fórmula mágica, la clave fue la unión del vestuario.
Así lo significó el
recordado presidente del club, Francisco Dolz, en aquella jornada grabada con
oro en los corazones de todo buen abderitano. "El triunfo que vivimos ha
sido logrado con la cooperación de todos".
Los
héroes de aquel campeonato tuvieron un merecido reconocimiento. Fueron
recibidos en Adra no cabía un alfiler en el último partido de Liga frente al
Puente Genil, en unas gradas repletas de gozo.
Fueron
noventa minutos de fiesta, de cánticos, de alegría contenida que encontró en
las gargantas de los almerienses la principal vía de escape. Se goleó por 4-1
al Puente Genil, antes de recibir al Albacete Balompié en la fase de ascenso a
Segunda División.
Aunque los manchegos privaron al Adra del ascenso a Segunda
División, ya nadie fue capaz de quitarle la sonrisa a los aficionados que se
enorgullecían de ser campeones de Tercera.
Aquella
línea atacante formada por Antón, Lopera, Joaquín, Barranco y Valiente, se hizo
famosa, y aun hoy los aficionados más fieles la recuerdan y anhelan, gozando
como delantera legendaria.
Y
es que nunca hasta entonces, Adra, fue tanta capital futbolística.