“Una empresa no cumple 50 años todos los días. Este número indica la trayectoria tan importante que llevamos. Estamos muy contentos porque es una fecha muy pero que muy especial”, asevera el gerente de Camposol, Jesús Lirola. Se trata de una de las cooperativas hortofrutícolas de moda, por la calidad de sus productos y por celebrar su 50 aniversario.

De hecho, han sido numerosas instituciones provinciales y autonómicas las que han visitado Camposol en el último mes para poner en valor la importancia de la firma. Uno de los nombres es el de Rodrigo Sánchez, consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, quien visitó las instalaciones de la cooperativa hortofrutícola en El Ejido. “Que vengan estas instituciones le da aún más nombre a Camposol”, dice Lirola. “Se portaron muy bien. Cajamar y Unicaja también estuvieron representados”, apunta el presidente de Camposol desde 2014, Antonio García.

El valor diferencial de esta cooperativa es la suma de socios, compromiso y fidelidad de éstos, ofreciendo calidad a sus clientes e intentando darles el mejor servicio. “La base importante durante estos 50 años ha sido los socios. Un papel importantísimo lo tienen los trabajadores. Es el otro gran pilar”, explica Ángel Lirola, que conoce la firma como si fuese su casa, por eso de llevar 24 años trabajando para Camposol (los dos últimos como gerente).

Con 187 socios, Camposol tiene unos 210 trabajadores por campaña. Un punto de inflexión se produjo en junio de 2016, cuando selló un acuerdo con Unica Group. “Al entrar Unica hay gente que está apostando por nuevas variedades. Unica tiene unas fincas experimentales y ahí se hacen ensayos y se ven las nuevas variedades que ofrecen las casas de semillas”, explica Lirola.

La primera campaña tras el acuerdo no fue sencilla porque había que adaptarse. Ya va todo sobre ruedas, con ambas partes muy satisfechas por los resultados obtenidos. “El proyecto va en firme, avanzando y es algo muy interesante. Lo más importante es que los socios están contentos. Si ellos están contentos, la cooperativa, también”, destaca García. El objetivo es seguir creciendo. Eso sí, sin prisa y conscientes de las limitaciones. “No somos una cooperativa muy grande, pero sí tenemos una tendencia de crecimiento, siempre con mucho sentido y con los pies puestos en la tierra”, explica Lirola, mientras que su compañero se muestra en la misma línea.

“Esa es la idea. Queremos crecer, pero poco a poco y sin aglomeraciones. El límite lo estamos haciendo sobre 22 millones de kilogramos. Creemos que está en 30. No tenemos más capacidad. La cooperativa es pequeña. Lo que queremos es hacer lo de ahora, esto es, el pimiento, que nuestros clientes nos miren por eso y sigan confiando en nosotros. Y, por supuesto, que el agricultor esté contento con nosotros. Eso es que cobre bien. Y de momento lo están. Cada día tenemos mejor maquinaria”, argumenta García.

Con 22 toneladas de producto (el pimiento california es el principal, pero también produce sandía, calabacín, melón, berenjena, pepino y sandía), el incremento es del 7% respecto a la anterior campaña. Estos productos van en el 90% de los casos a exportación, llegando a las principales cadenas europeas, aunque también realiza envíos a países árabes, Asia y Canadá. En este sentido, ha sido importante el acuerdo con Unica, ya que últimamente asisten a más ferias que nunca (Canadá y Hong Kong, de las últimas), lo que les permiten ampliar mercados. Con una facturación de 22 millones de euros, ha logrado que el 100% de sus agricultores estén certificados en producción integrada.

Ahora uno de los próximos objetivos es abrirse mercado con ecológico. Eso sí, sin prisa tampoco. “Eso hay que hacerlo bien. Hemos empezado formando a nuestros técnicos y ahora vamos a hacerlo con nuestros agricultores. No queremos dar un paso en falso. Es preferible esperar un poco y hacerlo bien”, destaca García, quien explica que en los dos últimos años la compañía ha alcanzado los 1’3 millones de inversiones.

Relacionado con lo anterior, Camposol ha puesto una nueva máquina de calibrador y otra de flejado, duplicando la capacidad frigorífica de sus instalaciones. “También hemos duplicado la capacidad de flow-pack. Hemos puesto más máquinas de flow-pack”, comenta Lirola. La firma continúa trabajando con el envasado a granel, teniendo formato tanto en malla como de propio flow-pack y realizando combinaciones con dos, tres o cuatro tipos de pimientos. “Tenemos también una máquina para hacer pimientos de doble piel”, destaca García, y es que este pimiento tiene un aguante mucho mayor, lo que permite que llegue hasta Asia y Canadá en buen estado.

Para celebrar las bodas de oro, la cooperativa realizó una comida para sus socios y a finales de junio organizó un viaje más lejano de los que realiza habitualmente: un crucero por el Mediterráneo, asistiendo más tres de cada cinco socios, quienes visitaron Valencia, Marsella, Roma, Palermo y Palma de Mallorca, entre otras ciudades. “Con esas actividades se comparten otros momentos que no es el día a día. Todo lo que sea jornada de convivencia fomenta la masa social, potenciando el espíritu de los socios”, finaliza Lirola, consciente de que la fórmula fidelidad y trabajo es la idónea para soplar 50 velas.