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No Gravity Dance un desafío a las leyes físicas hecho arte para honrar al mismísimo Dante


El Festival de Teatro de El Ejido sorprendió con uno de sus platos fuertes, la obra de la compañía italiana 'No Gravity Dance' y la obra que rinde homenaje a Dante al estar inspirada en la Divina Comedia. De ahí que este espectáculo, denominado 'Del infernó al paraíso', rompiera con cualquier tópico preconcebido en torno a la danza, ya que fue más allá del movimiento y el pensamiento. Sin duda, fue un desafío constante a las leyes de la física para romper con la gravedad en ese objetivo de elevar al espectador a otra atmósfera. La idea era reflejar sobe el escenario a esos hombres y mujeres, terrestres y divinos, que Dante narró. Por eso, no se trataba de ver cuerpos ni de escuchar palabras, sino de dejarse llevar por los sentimientos, deseos y los pensamientos que provocaban esas almas que volaban y flotaban sobre el escenario. Sin lugar a dudas, esta obra sorprendió por su puesta en escena que, sin más elementos que los cuerpos casi desnudos de los seis bailarines, consiguió crear un ambiente distinto que atrapó al espectador que siguió cada movimiento intrigado para ver hacía dónde le llevaba. Y es que, sobre un plano negro y frontal se presentaban los bailarines. Todos ellos flotaban y volaban sobre el escenario como pájaros para encontrarse, agruparse y separarse hasta conseguir formar distintas figuras, plegarse sobre sí mismos o caminar los unos sobre los otros. El público disfrutó de una arquitectura escultural perfecta que encarnaba el pensamiento, la controversia y las emociones de Dante, pero, también, fue rebelde en manifestaciones o representaciones que se vieron para definir los siete pecados capitales, el llanto a las puertas del purgatorio o el miedo de la incertidumbre hacia lo desconocido. Todos estos elementos son el punto de apoyo y de partida que el director Emiliano Pellisarí fusionó a la hora de crear esta perfomance que anoche logró provocar al público de El Ejido con esa encrucijada entre magia, la ilusión y el circo de unos pasajes que, como el bien apuntó, están inspirados en el teatro barroco y  esa convicción personal de este director de que el arte debe, ante todo, transmitir emociones a través de la belleza, el sueño y la sorpresa.