La cita estuvo organizada por el Ayuntamiento y la Asociación Puntos y Puntadas para poner en valor y asegurar la continuidad de esta técnica
Lucainena de las Torres vivió el pasado domingo el primer Encuentro de Bolillo, organizado por el Ayuntamiento en colaboración con la Asociación Puntos y Puntadas de la localidad. La cita congregó a 17 asociaciones procedentes de distintos puntos de la provincia, con más de 200 participantes,dando a luz un evento que busca poner en valor y asegurar la continuidad de esta antigua técnica artesanal de bordado.
La asociación anfitriona fue la que tuvo más protagonismo, destacando como la más participativa del encuentro, tanto por el número de integrantes como por la implicación en la organización de dicho evento. Junto a ella, también participaron asociaciones de localidades como Níjar, Sorbas, Almería, Huércal-Overa, Carboneras, Vícar, Adra, Sorbas, Canjáyar, Alhama de Almería, Gádor, Huécija, Tabernas, Turrillas, Felix, Urrácal, sumando una amplia representación de toda la provincia, e incluso una asociación llegada desde Málaga.
Además, más allá de las demostraciones en directo de encaje de bolillo, las asistentes y visitantes pudieron recorrer un mercadillo artesanal donde se ofrecían todo tipo de materiales necesarios para esta labor, desde bolillos e hilos hasta mundillos y patrones. La jornada concluyó con un almuerzo de convivencia, donde se compartieron experiencias y se reforzaron los lazos entre las participantes.
También se entregaron durante la jornada una serie de reconocimientos a las presidentas de las asociaciones participantes, una imagen del horno de calcinación restaurado, así como a la anterior presidenta de la Asociación Puntos y Puntadas, Luisa
El encaje de bolillo es una técnica artesanal que data del siglo XVI, basada en el entretejido de hilos enrollados en bolillos sobre una almohadilla llamada "mundillo". Este arte, que requiere destreza, paciencia y precisión, ha sido tradicionalmente transmitido de generación en generación, y encuentros como este representan un impulso vital para mantener viva su práctica.