Este acuerdo permitirá poner en valor esta ‘Atalaya de Los Cerrillos’, construida alrededor del año 1575 para labores de vigilancia y transmisión de señales

El alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, y el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, han firmado el convenio para la protección, restauración, conservación y puesta en valor de la Torre de Cerrillos.

En el acuerdo, el Consistorio roquetero será el encargado de contratar los estudios, asistencias técnicas y servicios necesarios desde el punto de vista arqueológico y arquitectónico, así como de proceder a la contratación de las obras, servicios y suministros necesarios para el proyecto. Por su parte, la institución ejidense encomendará la gestión de los servicios y procederá a la aprobación de los proyectos. Los gastos serán compartidos al 50 por ciento.

Gabriel Amat ha destacado que “la colaboración institucional va a permitir rehabilitar y poner en valor esta atalaya, símbolo de la historia de ambos municipios del Poniente almeriense”.

Por su parte, Francisco Góngora ha afirmado que “con este convenio ambas administraciones nos comprometemos a proseguir las actuaciones de restauración y conservación de la Torre de Cerrillos. Se trata de una colaboración fundamental para la defensa del patrimonio histórico, máxime en una situación como la actual, en la que la propiedad de este inmueble es compartida al 50% por El Ejido y Roquetas de Mar y, además, un hito geográfico en la delimitación de los dos términos municipales. No vamos a ahorrar esfuerzos para frenar el deterioro y poner en valor la torre, Bien de Interés Cultural del patrimonio histórico Andaluz”.

En el plazo de dos meses, ambos ayuntamientos constituirán una comisión de seguimiento que impulsará la ejecución del convenio y velará por el cumplimiento del acuerdo adquirido. Formada por dos representantes de cada parte, se reunirá al menos una vez al año, pudiendo convocarse cuantas reuniones puntuales sean necesarias.

Historia de la Torre de Cerrillos

La Torre de Cerrillos, también conocida como la ‘Torre Atalaya de los Cerrillos’ o ‘Torre de Serena’, fue erigida alrededor del año 1575 con el propósito de vigilancia y transmisión de señales. Presenta una estructura circular de mampostería, con un interior macizo, lo que implicaba que el acceso se realizara desde el exterior, característica común en este tipo de construcciones. Con una planta inferior de 30,5 metros, originalmente alcanzaba una altura aproximada de 15 metros, de los cuales aproximadamente un tercio se ha perdido con el tiempo.