Encarni Toledano Piqueras

En los últimos años, diferentes colectivos de historiadoras del arte reivindican que se haga una revisión y las artistas aparezcan en los libros. Las artistas han existido desde la prehistoria, pero la historia, escrita principalmente por hombres, las ha olvidado. Por ello, en los últimos años, son ya muchas las voces de historiadoras del arte que reclaman su también merecido lugar en los libros de texto, para lo cual, una revisión de los planes educativos es necesaria. Para hacer un rápido repaso, en las pinturas rupestres del Paleolítico y el Neolítico, se llegó a la conclusión de que muchas las hicieron mujeres por las longitudes de los dedos de las manos plasmadas en las cuevas. En la Edad Antigua, a pesar de estar siempre supervisadas por el padre o el cónyuge, hay documentadas varias artistas. En la cultura clásica, la primera documentada en la historia fue la griega Timarete, que vivió entre los siglos V y IV a.C. En la Edad Media, mal considerada como época oscura, los creadores y las creadoras todavía no se consideraban artistas, sino artesanos y artesanas, y tampoco era usual todavía que las obras fueran firmadas. Una de las mujeres que más destacó fue la iluminadora o escritora alemana Hildegarda de Bingen que vivió en el siglo XII y falleció con más de ochenta años, para nada normal en la época. En España está documentada una monja que trabajó en el scriptoria del convento Ende pintrix (Ende pintora) en el siglo X.

En la Edad Moderna ya sí era normal firmar las obras y se introdujo el concepto de artista. Aunque los roles seguían siendo que el hombre podía permanecer en el ámbito público y la mujer en el doméstico, conocemos artistas de éxito cuyas obras podemos ver expuestas en entidades como el Museo Nacional del Prado. Es el caso de la pintora renacentista italiana Sofonisba Anguissola, que trabajó en la corte de Felipe II. La pintora barroca italiana Artemisia Gentileschi, víctima de una violación cuando era adolescente que marcó su vida y obra. O la escultora barroca sevillana, Luisa Roldán, conocida como La Roldana, primera escultora española registrada que se formó en el taller de su padre y trabajó para los reyes Carlos II y Felipe V como escultora de cámara. Cuando llegamos a la Edad Contemporánea, el número de mujeres artistas ha crecido considerablemente, pero además de Frida Khalo, Tamara de Lempicka o Maruja Mallo, pocos nombres más se suelen conocer en la cultura general. Pero entre los siglos XVIII y XIX podemos rescatar nombres como la francesa Berthe Morisot, lo crean o no, una de las fundadoras del Impresionismo. La suizo-británica Angelica Kauffmann destacó en el retrato neoclásico y fue una de las fundadoras de la Royal Academy of Arts de Londres.

La francesa Marie Louise Élisabeth Vigée Lebrun falleció a la espectacular edad de 86 años en el siglo XIX y vivió en diferentes ciudades europeas, siendo miembro de diferentes academias. Fue una de las pintoras más famosas y demandadas en el siglo XVIII, estando presentes sus obras en más de cien museos repartidos en veinte países. Entre sus célebres retratos están los que realizó de su amiga María Antonieta. O la sueca Hilma af Klint que realizó sus primeros cuadros abstractos antes de quien hasta hace poco se pensaba que era el fundador de la Abstracción, ya que su obra no se conoció hasta 1986. Estas grandes mujeres han escrito la historia del arte tanto como sus colegas varones. Son vidas que merece mucho la pena conocer y su lucha fue incansable.